Formación de diáconos, una esperanza al servicio de la Iglesia

9 de Mayo 2023

El Programa de Formación Teológica para el Diaconado Permanente de la Facultad de Teología, que comenzó en agosto de 2022, contribuye a fortalecer la vocación de servicio de los futuros diáconos para que impacten positivamente en sus entornos y comunidades.

Créditos fotográficos: Aileen Alday

“Que la Escuela haya pasado a la Facultad de Teología es una oportunidad tremenda, pues nos entrega la garantía de que estamos siendo formados en una de las mejores universidades de Latinoamérica en esta materia. Agradezco a la Escuela de Diaconado Permanente, a través de su director, el padre Javier Vergara, al subdirector, Sergio Barayón y a Luis Herrera, que hayan tenido la visión para ir mejorando y haciendo más grande esta oportunidad de crecimiento para todos los que hemos sentido la necesidad de comprometernos más en el servicio a la Iglesia”, declara Mauricio Antonio Varas, participante del Programa de Formación Teológica para el Diaconado Permanente de la Facultad de Teología.

El programa que comenzó en agosto de 2022, con la participación de alrededor de  50 candidatos a diáconos y algunas de sus esposas, fue posible gracias a la alianza estratégica entre la Facultad y la Escuela de Diaconado Permanente del Arzobispado de Santiago.

El programa busca que los candidatos comprendan y valoren los puntos esenciales de la doctrina con apertura de corazón, haciéndose capaces de dar razón de su fe, confiando en la escucha y en el diálogo como herramientas esenciales para conocer y comprender la sociedad contemporánea donde tendrán que concretar su ministerio.

Créditos fotográficos: Aileen Alday

El proceso formativo, que cumple con las exigencias de la Santa Sede, dura 4 años y se distribuye en cuatro diplomados; Biblia: claves fundamentales para la comprensión de las Escrituras; Teología: cuestiones centrales de la fe cristiana; Teología Pastoral: herramientas para el trabajo Pastoral y Teología Pastoral: discernir las prácticas y contextos pastorales. Se darán 24 cursos en total cada año.

Estos dependen administrativamente del área de Educación Continua de la Facultad de Teología UC e incluye la certificación para ellos y las esposas que los acompañen en este desafío. El modelo de formación se desarrolla en vespertino los martes y jueves.

Según sus participantes, la experienciaha resultado gratificante. Destacan que la vinculación con Teología UC, les ha permitido profesionalizar y profundizar su proceso de formación.

En este sentido, Mauricio Antonio Varas, destacada la oportunidad de contar con una gran infraestructura, con procesos de evaluación con estándares UC, acceso al templo y a la “mejor Biblioteca de Teología de Latinoamérica”, entre otros, y por supuesto valora la calidad de sus académicos. “Contamos con un nivel de profesores que en aspectos teológicos son de primer nivel. No digo que la escuela anteriormente no lo haya tenido, pero hoy tenemos más y diversas materias respaldadas por profesores que en su mayoría tienen doctorados en sus propias expertises”, afirma.

Heriberto Cabrera, jefe del Programa, afirma que el espacio de formación que se les otorga a los diáconos, al alero de la Universidad Católica, es una garantía de calidad y de comunión con la Iglesia. “El programa nos ha hecho sentir lo importante que es contribuir a la formación de los futuros ministros y agentes pastorales. Es una manera muy real y concreta de poner la teología al servicio de la Iglesia y del pueblo de Dios. También nos hemos sentido muy honrados por la confianza del Arzobispado, particularmente del cardenal Celestino Aós y del Vicario General don Alberto Lorenzelli. Esta confianza es algo precioso que debemos cuidar y potenciar, porque sentimos, como Facultad y programa, que estamos al servicio de nuestra Iglesia nacional y local, de nuestras comunidades y de sus futuros pastores”.

Diáconos y sus comunidades

Para Patricio Gómez, candidato a diácono, este proceso de formación viene a completar un círculo en su vida, ya que hace unos años comenzó su cercanía con la Iglesia siendo parte de la Parroquia Santos Apóstoles de Recoleta. Explica que fue en esta comunidad donde surgió su vocación de servicio. “Hice un discernimiento. Antes de esta experiencia, con mi familia éramos cristianos de domingo, por así decirlo. En la parroquia nos invitaron a catequesis y ahí nació mi vocación y la necesidad de ayudar y colaborar con las demás personas. Mi experiencia fue profunda y sentí la necesidad de que otros también vivieran la experiencia de vivir algo profundo en sus vidas”.

Créditos fotográficos: Aileen Alday

Por eso, cuando se abrió la posibilidad de iniciar su proceso de formación como diácono sintió que podría fortalecer el alcance de sus objetivos como agente pastoral. “Lo que más me llama es el anuncio del evangelio. Quiero que las demás personas lo escuchen y lo conozcan, porque es una experiencia trasformadora. Es muy importante para mí dar testimonio a otros de esta experiencia transformadora”.

Para él la experiencia en la Facultad ha sido formidable. Valora la calidad de los académicos e incluso la amplitud de los temas. “Me han dado respuestas para todo. Destaco el profesionalismo y la calidad de los profesores; hay un diálogo fructífero y también valoro en este sentido lo interdisciplinario”.

Mauricio Antonio Varas, asegura que estamos todos llamados a, desde nuestros diferentes roles y talentos, a escuchar y asumir el llamado que Dios nos hace para construir un mundo mejor. “Laicos, religiosos, religiosas, casados, solteros, cualquier condición, estamos llamados a exactamente lo mismo, a aportar en la construcción del Reino, a construir una sociedad más fraterna, más justa y eso se puede hacer desde cualquier aspecto de nuestras vidas. Lo importante es poder escuchar cuál es el llamado que nos hace Jesús a cada uno de nosotros, para poder aportar a esa construcción.

“Hablar de los diáconos significa hablar de sus familias, de sus esposas que en muchos casos estudian con ellos, significa hablar de comunidades en donde ellos ya están insertos, significa hablar de la UC y de la Facultad de Teología, que gracias a ellos se abre a un nuevo tipo de estudiantes, y a una nueva manera de hacer Iglesia. Significa, en fin, hablar de sus profesores, porque sinceramente todos estamos muy motivados, nos encanta dar clases en el diaconado, con estudiantes tan motivados y que tienen una experiencia de vida tan rica”, concluye Heriberto Cabrera.

¿Cuál es la labor de un diácono? 

Son las personas encargadas de animar a los cristianos en su propia vocación de servicio, tanto en el orden de la solidaridad como de la evangelización y que forman parte del personal consagrado. El diácono tiene la misión de ser un colaborador en el ministerio del Obispo y del presbítero, un animador de las Comunidades Eclesiales de Base (capillas). Su carisma radica en animar a los cristianos en su propia vocación de servicio, tanto en el orden de la solidaridad como de la evangelización y edificación de la comunidad eclesial.

Los diáconos permanentes son, por lo general, hombres casados, que reciben este ministerio para colaborar con el Obispo en el quehacer pastoral y de evangelización de la Iglesia.