Estudiantes UC presentan proyectos de espiritualidad e inclusión que impactan a comunidades en contextos de discapacidad
En el marco del curso “Espiritualidad, Discapacidad e Inclusión” de la Facultad de Teología UC, estudiantes de distintas carreras desarrollaron herramientas concretas para potenciar la espiritualidad en personas con discapacidad, colaborando activamente con organizaciones comunitarias como CESFAM Juan Pablo II (Áncora UC), Fundación EDUDOWN y Corporación Profesionales Inclusivos.

Como parte del compromiso de la Pontifica Universidad Católica de Chile con una formación integral y socialmente responsable, se llevó a cabo la presentación de proyectos del curso Espiritualidad, Discapacidad e Inclusión, una asignatura interdisciplinaria impartida por el profesor Cristián Núñez, académico de la Facultad de Teología UC, y codirigida por la profesora Ana Gutiérrez, académica de la Facultad de Educación UC. El curso se desarrolla bajo la metodología de Aprendizaje Servicio (A+S), que promueve el aprendizaje activo de los estudiantes mediante la aplicación de conocimientos en contextos reales, respondiendo a necesidades concretas de socios comunitarios.
Durante el semestre, los estudiantes trabajaron en conjunto con tres organizaciones: el CESFAM Juan Pablo II de la red Áncora UC, la Fundación EDUDOWN y la Corporación Profesionales Inclusivos. El objetivo fue diseñar herramientas o intervenciones que facilitaran a personas con discapacidad el desarrollo de su espiritualidad y religiosidad personal, valorando esta dimensión como parte esencial de su dignidad y bienestar integral.

Los proyectos presentados incluyeron desde materiales sensoriales para espacios de espera en centros de salud, hasta murales participativos y manuales de estrategias de autorregulación. Cada iniciativa se propuso desde una mirada inclusiva y profunda del ser humano, que reconoce la diversidad como un valor y la espiritualidad como un eje transversal de sentido y crecimiento.
Para Catalina Martí, estudiante de segundo año de Enfermería UC, el curso representó un cambio profundo en su formación profesional:
“Este ramo me permitió saber cómo tratar a personas con condiciones distintas, o cómo puedo saber de qué tratan, porque al final no son temas que se hablen constantemente. Como futura profesional de la salud, me impacta bastante porque voy a tener que atender personas con estas realidades y ahora me siento más preparada para hacerlo con respeto y conocimiento”, señaló.
Desde el mundo profesional, Felipe Espinosa, kinesiólogo del CESFAM Juan Pablo II de la red Áncora UC, valoró profundamente la colaboración con los estudiantes, destacando especialmente dos intervenciones desarrolladas en su centro de atención primaria.
La primera fue la creación de fichas de seguimiento del sentido y propósito personal, aplicadas a usuarios del Programa de Rehabilitación Basada en la Comunidad. Estas fichas permitieron recoger la percepción subjetiva de los pacientes respecto a su proceso de recuperación, integrando una dimensión espiritual habitualmente ausente en las evaluaciones clínicas tradicionales.
La segunda intervención consistió en la implementación de juegos sensoriales en los espacios de espera del centro, con foco en niños con trastorno del espectro autista. El objetivo fue fomentar la contemplación, la creatividad y la regulación emocional, favoreciendo una experiencia de espera más acogedora e inclusiva para todas las personas.

“Estos dos proyectos marcan una relación en que el profesional también se acerca a hacer intervenciones desde una mirada más integral. Los estudiantes nos ayudaron a hablar un lenguaje común y a innovar con recursos accesibles, integrando aspectos que muchas veces dejamos de lado, como la espiritualidad y la experiencia subjetiva de los pacientes”, señaló Espinosa.
Francisco Aguirre, presidente de la Corporación Profesionales Inclusivos, también destacó el impacto de esta experiencia colaborativa:
“Este trabajo nos impacta directamente porque nos proporciona una mirada distinta, no prejuiciosa, sobre cómo trabajamos y en qué aspectos podemos mejorar. Es un ganar-ganar: los estudiantes se acercan a la discapacidad desde una perspectiva distinta, con un sello espiritual, y nosotros recibimos un aporte valioso para seguir creciendo como organización.”
El curso, impartido desde la Teología Fundamental y en diálogo con la Educación Inclusiva, busca generar conciencia sobre la importancia del desarrollo espiritual en contextos de diversidad funcional. Promueve una comprensión profunda de la inclusión desde una perspectiva interdisciplinaria, conectando el saber académico con el compromiso social.
Esta iniciativa se enmarca en el compromiso de la UC con una formación que integra fe, conocimiento y servicio, aportando al desarrollo de una sociedad más justa, empática e inclusiva.
