En el contexto de la sesión 80º de la Asamblea General de la ONU: Académica UC expone sobre diálogo interreligioso y desarrollo sostenible
Rocío Cortés, académica de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, participó como ponente en la Mesa Redonda sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Nueva York, en el marco del 80.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La profesora de Teología UC, Rocío Cortés, representó a la academia chilena en una instancia internacional de alto nivel: la Mesa Redonda sobre los ODS 2025, organizada por la Fundación de Periodistas y Escritores (JWF) en Nueva York, entre el 22 y el 24 de septiembre, en el contexto del 80.º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Este evento formó parte de la 10.ª Conferencia Anual sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que reunió a expertos, líderes religiosos, académicos y representantes de la sociedad civil de 24 países y cinco continentes. El objetivo: crear conciencia y fomentar soluciones colaborativas frente a los desafíos globales, especialmente en torno a la paz, la justicia y el desarrollo inclusivo.
Una voz chilena en el diálogo global
En la primera ronda titulada “El papel del diálogo interreligioso para la paz y el desarrollo sostenibles”, Cortés presentó una reflexión teológica sobre cómo la colaboración entre distintas tradiciones religiosas puede contribuir al cumplimiento de los ODS. Su intervención se centró en tres principios fundamentales:
- Hospitalidad: entendida como apertura radical al “otro”, una práctica ética y espiritual presente en diversas tradiciones.
- Colaboración interreligiosa: basada en compromisos éticos compartidos, con ejemplos históricos como la defensa conjunta de los derechos humanos durante la dictadura en Chile.
- Alfabetización religiosa: una competencia cívica que fomenta empatía y paz, permitiendo comprender cómo las identidades religiosas influyen en la vida cotidiana y las decisiones morales.
“El desarrollo sostenible y la paz no se pueden lograr sin un entendimiento mutuo a través de las diferencias religiosas”, afirmó Cortés, quien también destacó la importancia de pasar del discurso intelectual a la acción compartida y la educación inclusiva.
Un espacio para la cooperación global
La Mesa Redonda fue inaugurada por Mehmet Kilic, presidente de JWF, quien subrayó el compromiso de la organización con la ONU desde 2012 y la participación de 56 ONG de 30 países. Kilic destacó que el diálogo interreligioso e intercultural es clave para transformar la competencia en cooperación y la diversidad en fuerza colectiva.
Temir Naziri, director ejecutivo de ARCO Forum, aportó una visión inspiradora sobre cómo la paz se construye desde encuentros humanos cotidianos, más allá de debates teológicos. Su llamado incluyó la acción conjunta en temas como protección ambiental, lugares sagrados y empoderamiento de jóvenes y mujeres, alineados con el ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas.
El moderador Rahul Watson Govindan, director ejecutivo de Philanthropy New Zealand, enfatizó la urgencia de pasar de la conversación a la acción estratégica colectiva, para enfrentar desafíos como la manipulación política de la identidad religiosa y la exclusión de voces marginadas.
Chile y el centenario de la Constitución
En su intervención, Cortés vinculó el diálogo interreligioso con el contexto chileno, reflexionando sobre el centenario de la Constitución de 1925, que marcó la separación entre Iglesia y Estado. Señaló que un gobierno secular no implica excluir la religión de la vida pública, sino integrar su aporte en la construcción de sociedades inclusivas.

Un llamado a la acción
La académica concluyó con una invitación a invertir estratégicamente en diálogo y colaboración interreligiosa como herramientas para contrarrestar la polarización y la marginación de perspectivas espirituales en sociedades seculares. “El diálogo debe convertirse en acción compartida y educación inclusiva para que los ODS pasen de la retórica a la realidad”, subrayó.
La participación de Rocío Cortés en esta instancia reafirma el compromiso de la Pontificia Universidad Católica de Chile con la promoción de la paz, la inclusión y el desarrollo sostenible, contribuyendo desde la reflexión teológica a los desafíos globales.
Dos hitos en septiembre
Nombramiento como presidenta de ADIR
En septiembre, Rocío Cortés fue elegida presidenta del directorio de la Asociación Chilena de Diálogo Interreligioso para el Desarrollo Humano (ADIR), organización que cumple ocho años de existencia oficial y que busca visibilizar la diversidad religiosa y espiritual en Chile, promoviendo espacios de encuentro y convivencia pacífica.
La elección se realizó por voto unánime en la Asamblea General y el directorio, conformado por nueve personas de distintas religiones y espiritualidades. Cortés destacó que este nombramiento representa un voto de confianza en su trabajo previo y en la posibilidad de seguir fortaleciendo la institución.
Entre los desafíos para el nuevo período se incluyen la implementación de más salas de oración multirreligiosa y la consolidación de ADIR como voz relevante ante la contingencia nacional, en colaboración con la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR) y otras comunidades.
Vínculo con la Facultad de Teología
Rocío subrayó que uno de los servicios que ofrece a la sociedad civil y a la Iglesia está estrechamente relacionado con su pertenencia al Departamento de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso del Arzobispado de Santiago, así como con la Facultad de Teología, desde donde se impulsan iniciativas académicas y proyectos que fortalecen el diálogo interreligioso. Este vínculo permite articular esfuerzos entre la academia y organizaciones como ADIR para promover espacios de encuentro y formación en diversidad religiosa.
Reconocimiento de la comunidad musulmana
El 26 de septiembre, la comunidad musulmana de la Mezquita Salam realizó una ceremonia en la que reconoció a Rocío Cortés por su contribución al desarrollo de la comunidad y a la promoción del conocimiento del islam entre personas no musulmanas. Este reconocimiento se enmarca en años de colaboración, incluyendo visitas regulares con sus estudiantes de cursos sobre diálogo interreligioso. Cortés valoró este gesto como un signo de confianza y fruto del trabajo colaborativo que fortalece los vínculos entre la academia y las comunidades religiosas minoritarias en Chile.