Entrevista a Judith Köneman: “En Alemania no existe ningún gran problema de tipo ético donde no se considere a la teología y a los teólogos”
La decana de la Facultad de Teología Católica de la Universidad de Münster, Alemania, visitó la Facultad de Teología UC y conversó desde su mirada sobre los aportes de la teología a la sociedad, el rol de las mujeres teólogas y sobre la influencia de Latinoamérica en la teología alemana.
Judith Köneman es experta en pedagogía de la religión, doctora en Teología Católica y decana de la Facultad de Teología Católica de la Universidad de Münster de Alemania, donde ella estudió. Köneman visitó en abril la Facultad de Teología UC buscando fortalecer los lazos entre ambas unidades. En la instancia, se reunió con profesores y autoridades, y también participó en una clase con estudiantes de la Facultad.

En entrevista, la decana comentó que se sintió muy feliz por esta visita, primero por el cariñoso recibimiento que tuvo, y también porque tiene la impresión de que será posible algún tipo de colaboración entre las dos facultades. “Creo que el ambiente, la atmosfera que percibo en la Facultad y en la universidad es extremadamente buena y muy estimulante. Por eso, dan ganas de quedarse más tiempo”, sostuvo.
Los aportes de la teología a la sociedad
Como premisa, Köneman explicó que en Europa se ha llegado a una situación de fuerte secularización, y se puede discutir si a nivel del pueblo común hay más o menos religiosidad, pero a nivel más institucional es evidente que hay una secularización creciente, a nivel de la cultura y a nivel de la pertenencia oficial a la Iglesia.
“Creo que lo que la gente todavía valora en la Iglesia, está claramente relacionado con el servicio. O sea, la iglesia servidora, eso es lo que todavía la gente valora, tanto en Alemania como en Austria y Suiza (en el ámbito de la lengua alemana). Es ese aspecto diacónico. Mucha gente dice que no necesita a la Iglesia, pero reconoce que está para servir al prójimo”, dijo la decana.
Efectivamente, la Iglesia en Alemania se preocupa mucho del aspecto diacónico, de la caridad. De hecho, es el mayor dador de trabajo en el ámbito social y tienen alrededor de 1 millón de personas contratadas, según Köneman. “La imagen que la gente tiene de la teología es más bien que eso pertenece al mundo de los obispos, del clero, de los dirigentes de la Iglesia O sea, lo que aparece en primer plano no es la teología, sino más bien la acción pastoral, la acción de servicio, de caridad, la dimensión social. Pero a nivel país no existe ningún gran problema de tipo ético donde no se considere a la teología y a los teólogos”, dijo.
Köneman explicó que cuando hay discusiones a nivel país, siempre son consultados los teólogos, tanto luteranos como católicos. Por lo tanto, se valora la palabra que tiene la teología sobre los grandes problemas de la sociedad. En el fondo, agregó, esto tiene que ver con que en Alemania las Iglesias son cuerpos legalmente reconocidos, o sea, entidades de derecho, por lo que se sienten empujados a llamarlas también para dar su opinión en cuestiones a nivel país.
“Creo que el rol que se le atribuye a la teología y a la Iglesia, se puede clasificar todavía como un rol clásico. Es decir, tradicionalmente en Alemania la Iglesia ha tenido un rol de vigilancia, en el sentido del vigilante que está mirando qué pasa en la sociedad, para decir una palabra de cuidado, de alerta, cuando hay algo que no funciona bien. Pero teológicamente, lo llamamos la espina profética, que está siempre apuntando a las injusticias en la sociedad, a la miseria, etc.”, dijo. “Y mirado desde el punto de vista de la Iglesia, hay una búsqueda por lo que se llama la teología “pública”, es decir, la Iglesia hace un esfuerzo porque la teología y los teólogos tengan una voz pública, en la sociedad, que no estén ligados solamente a los círculos universitarios e intelectuales”, agregó.
Las mujeres y la teología
La Universidad de Münster es una de las más importantes de Europa y, en lo que respecta al estudio de la teología, la mujer ha pasado a tener más protagonismo. En este sentido, Köneman sostuvo que en Alemania el número de teólogas mujeres ha aumentado muchísimo y que en este momento son en torno al 50%, y más incluso, de los alumnados de las universidades donde hay teología. No obstante, explicó que esto está estrechamente relacionado con el sistema escolar alemán, donde las clases de religión son obligatorias, por lo que tienen que formarse muchos profesores y profesoras de religión y ellos estudian teología. Por lo tanto, un buen número de las estudiantes de teología mujeres, son profesoras de religión.

Por otro lado, la decana explicó que, a partir de Concilio Vaticano II, en Alemania se ha hecho normal que laicas y laicos católicos estudien teología para trabajar en la pastoral de las diócesis. Un fenómeno que comenzó a observarse en los 80s y 90s, aunque este número ha disminuido un poco a partir de los 90.
“Cuando yo estudié Teología en Münster, donde soy decana actualmente, había una sola mujer estudiante de Teología. Y en la Universidad de Tübingen, donde estudié después, no había ninguna. Además, en Münster, en ese tiempo, con la excepción de 3 de los 22 profesores que había en la Facultad, todos eran sacerdotes. No obstante, desde los años 80 hubo muchas mujeres que querían ser teólogas y desde los 90 se empezaron a ver las primeras profesoras”, dijo.
Según explicó la decana, en Münster hoy 6 de los 22 profesores son mujeres, siendo la Facultad que tiene más en toda Alemania. Las mujeres, generalmente, se orientan más por el área de la teología sistemática, práctica y bíblica, y donde faltan más profesoras es en el área de historia de la iglesia.
El Memorándum
En 2011, en Alemania, profesores y profesoras de teología, incluyéndola, se vincularon en torno el denominado “Memorándum”, que fue una iniciativa que reunió a cerca de 250 docentes de todos los países de habla alemana: Alemania, Austria y Suiza. “La motivación central de estos que firmaron este documento era sobre todo hacerse cargo de afirmaciones de la Iglesia que eran conflictivas e incluso virulentas. Cuán abierta es la iglesia Católica, cuál es el rol de la mujer dentro de ella, también las formas de vida en pareja, también las formas de vida en pareja homosexual, entre otros temas”, sostuvo Köneman.
El Memorándum tuvo dentro del ámbito de la lengua alemana un increíble eco mediático, según lo que explicó la decana. Esto produjo que los obispos alemanes iniciaran un proceso de diálogo conformando grupos de reflexión. Fueron encuentros grandes, de mucha gente, pero de las personas que habían firmado el Memorándum había muy pocos. O sea que hubo un desarrollo paralelo de ahí en adelante, entre el pensamiento de los que firmaron el memorándum y la iniciativa de los obispos. No obstante, la iniciativa de los obispos ganó la fuerza que perdió el memorándum, aunque iban ya en otra línea, sin la incisividad que tenía el documento, según lo que comentó Köneman.
“No estoy segura si hubo ningún trabajo posterior. Que yo sepa, no. La motivación para participar en el memorándum fue muy diversa, había algunos colegas que participaron con mucho entusiasmo, creyendo que efectivamente un memorándum como este podría traer cambios en la Iglesia, y otros que decían vamos a participar porque las cosas hay que decirlas, pero no tenemos ninguna esperanza en que las cosas cambien”, dijo.
Efectivamente esta reflexión de los obispos tuvo un alcance nacional, pero que después no se ve claro si continuó o no. “Como que después se fue apagando”, explicó la decana.
Influencias latinoamericanas en la teología alemana
Otro de los temas que trató Köneman fue el de la “teología de la liberación”, que, según explica ella, fue el gran “producto importado” de los años 80 de América Latina hacia Europa. Específicamente en la teología alemana, fue muy fuertemente recepcionada.

Esto se junta con el hecho de que ya el Concilio Vaticano II había desarrollado una teología de la comunidad, más cercana a la teología de la liberación, y también les había otorgado a los laicos un rol protagónico en la iglesia. Entonces, estas cosas que venían del Vaticano, se juntan y potencian con la teología de la liberación.
Por otro lado, en el último tiempo ha impactado a la teología alemana, sobre todo porque localmente no es tan fuerte, y es todo el gran ámbito de la “piedad popular”. Ha impactado y ha dado que pensar. Más allá del fuerte proceso de secularización en Alemania, tiene que ver que con que hay una valorización muy grande de la religión oficial, situación que viene desde siglo XIX.
“Todo esto hizo que para el día de hoy las manifestaciones de piedad popular estén muy en el trasfondo. No es que no existan, pero están muy en el trasfondo. Y esta piedad popular que en América Latina es muy evidente. Y creo que es bueno para Alemania tomar nota de esto. Hay que considerarlo, porque se ve que hay algo importante ahí. Sobre todo con respecto a la inmediatez de la relación con la divinidad”, explicó.